SOBRECARGA POSICIONAL LUMBAR (Artículo del libro “Método Coda-Argentina 2013)
SOBRECARGA POSICIONAL LUMBAR (Artículo del libro “Método Coda-Argentina 2013)
Sobrecarga posicional lumbar
(Artículo del libro “Método Coda-Argentina 2013)
Cuando hablamos de este término, englobamos al cuidado postural del
paciente en su vida diaria; sabiendo que un alto porcentaje de resultados en un
tratamiento depende de él. Por lo tanto la consideración del mismo es de suma
importancia en la recomendación profesional hacia el paciente, explicando y
aclarando que posiciones y/o movimientos no son convenientes en su momento
actual y delegando la responsabilidad en este sentido.
Por estadística, disfunciones lumbosacras y cervicales lideran los primeros
puestos. No es casualidad que esto sea así por tratarse de las zonas con mayor
movilidad de nuestra columna. La diferencia es que la zona lumbar aparte de ser
móvil debe soportar y transmitir el peso de nuestro cuerpo y el exceso como ser
una sobrecarga extra: Ej: levantar una caja pesada. Por lo tanto nos
detendremos en esta, para poder desarrollar el tema en base a los datos
obtenidos.
Sabemos que los sistemas estabilizadores pasivos de la columna vertebral
son los ligamentos y el disco, y los activos los músculos.
En los movimientos que realiza nuestra columna en la vida diaria, el núcleo
pulposo o gelatinoso, está bajo presión cambiando de forma y desplazándose en
los tres planos de movimiento posible, dependiendo de los mismos; sobre todo en
las zonas lumbar y cervical en mayor medida.
Una sobrecarga exagerada sobre la columna causará achatamiento del núcleo
gelatinoso y esa compresión será amortiguada por la elasticidad del anillo
fibroso, por su componente de fibras elásticas y colágenas.
Pero si esta compresión sobre el disco es grande, provocará ruptura de las
fibras del anillo y permitirá que el núcleo se desplace forjando presión sobre
él, generando entonces una probable hernia de disco.
Las características funcionales de los discos intervertebrales disminuyen
con el aumento de la edad, perdiendo la altura habitual y generando
deshidratación del mismo.
Esto último puede darse en gente de muy corta edad bajo esfuerzos de carga
y/o malas posiciones, al igual que personas que presenten una estructura lumbar
inestable.
Hay muchísimos estudios que demuestran la sobrecarga posicional en los
discos, sobre todo en los últimos lumbares.(Wilke y cols. 1999) en un estudio
donde midieron la presión intradiscal en distintas actividades cotidianas,
mediante un transductor de presión colocado en el centro del núcleo pulposo de
L4-L5, llegaron a la siguiente conclusión:
1. En decúbito supino con piernas ligeramente flexionadas produce
menos presión que cuando se extienden las piernas, posiblemente por un
incremento de las fuerzas musculares alrededor del raquis lumbar.
2. En prono con apoyo de antebrazos, y raquis extendido, la
presión es baja.
3. En sedestación relajada en taburete con un raquis alineado en un
respaldo reduce la presión.
4. Flexionar el tronco en sedestación (sin apoyo de brazos) produce
alta presión en máxima flexión. Si se apoyan los antebrazos en los muslos se
reduce a la mitad la presión.
5. Los levantamientos de pesos con piernas flexionadas y raquis
alineado reducen la presión aproximadamente un 25% respecto a una postura
flexionada del raquis.
6. La postura lumbar afecta a la presión discal por el cambio en la
distribución de carga entre núcleo y anillo, entre disco y articulaciones
apofisarias, y por la tensión en los ligamentos intervertebrales.
(Nachemson.1964) mide la presión intradiscal en vivo y posteriormente
valora el aumento que sufre esta presión en diferentes posiciones de la
columna. Observa que a 20° de flexión, sentado o de pie, la presión en el disco
L3-L4 es superior al doble del peso del cuerpo y levantando un peso de 20 kg es
tres veces el peso del cuerpo. Este trabajo es clásico y demuestra el efecto de
los pequeños movimientos sobre las presiones que
resiste el disco intervertebral.
Las fajas lumbares actúan como una cincha sobre la que se apoya la
musculatura abdominal, pero la mejor faja es una buena musculatura abdominal.
Una disminución de un 10% de la función muscular representa un aumento de
aproximadamente un 60% de la tensión que soporta los ligamentos posteriores de
la zona lumbar.
La debilidad de la musculatura abdominal representa un desequilibrio
posterior que aumenta la lordosis, y da lugar a sufrimientos ligamentarios que
el paciente refiere en consulta como un dolor tipo quemadura. Aparece
preferentemente al mantener durante largo tiempo una posición: sentado, parado,
inclinado hacia adelante; y también se manifiesta al final de las amplitudes
articulares.
Es habitual en hombres que después de los 40 años aproximadamente comienzan
a desarrollar un abdomen voluptuoso o panza, generando desestabilización lumbar
y dolores a repetición.
También es común en personas que presentan sobrepeso, obesidad o en mujeres
durante el embarazo este desequilibrio. Poseer una buena musculatura abdominal
garantiza un equilibrio lumbar y evita dolores y/o síntomas indeseados.
Desde nuestro concepto la recomendación es realizar ejercicios que respetan
la mecánica vertebral lumbar, evitando posiciones y/o movimientos que generen
sobrecarga posicional y beneficiando posiciones y/o movimientos que descompriman
dichas estructuras. Para esto último utilizamos con muy buen resultado los
ejercicios de posicionamiento.
Es imprescindible mantener equilibrados los músculos de la zona lumbar
realizando regularmente ejercicios isométricos. Siempre lo importante en
cuanto a actividad física o ejercicios realizados es la metodología adecuada y
el momento clínico del paciente.
En la flexión del tronco hacia delante solamente los primeros 40°-60° son
debidos al movimiento puro de la columna mientras la pelvis permanece bloqueada
por los músculos glúteos. El resto de rango de flexión se realiza a nivel de la
articulación de la cadera. Por lo tanto de los 15° hasta los 60°, tenemos un
rango de 45° de probabilidad de lesión discal
De aquí la importancia en profesionales del área física, profesores y
entrenadores en el conocimiento biomecánico de la columna vertebral desde el
movimiento, porque de ellos depende la salud vertebral de los practicantes.
Estela Franco (Teacher Training)
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