TAI CHI CHUAN ARTE Y DISCIPLINA
TAI CHI CHUAN ARTE Y DISCIPLINA
(Autora: Mª José
Gala - Revista Espíritu Guerrero)
Mi intención en este artículo es pretender transmitir mi
experiencia personal con el Tai Chi Chuan. En primer lugar, quiero agradecer la
oportunidad que la revista Espíritu Guerrero me brinda para haceros llegar esta
reflexión que es para mi “una extensión de mi mundo”.
Mencionar que lo escrito aquí es fruto de una práctica
personal y aprendizaje continuo adquirido con el estudio, el trabajo y la
disciplina durante más de 15 años.
En mis comienzos, o desde que era muy joven, ya me
interesaban las Artes Marciales. Me inicié en ellas a través de la Defensa
Personal, pero cuando veía ejecutar las formas de Tai Chi Chuan me parecía tan
bello. Un arte que trabajaba la quietud, la conciencia e incluso la meditación,
en el que intuía que su práctica estaba indicada para fortalecer la salud y que
podría ayudarme a mantener cierta eficacia marcial, que a su vez poseía un
amplio abanico de posibilidades: formas lentas, formas rápidas, con armas, Tui
Shou, aplicaciones…en definitiva, un arte completo.
Era difícil. Aún me emocionan mis recuerdos, mis comienzos…
Después de tantos años lo sigo transmitiendo a mis alumn@s. Soy una enamorada
del Tai Chi Chuan. Puedo afirmar que he tenido suerte, es muy importante elegir
quién o quienes te guiarán en el camino de la enseñanza, reconocer quién es tu
Maestro y sentir todo lo que te aporta tanto en tu formación como a nivel personal.
Desde aquí quiero acentuar y exponer que, aunque está
reconocido como un “Arte Marcial interno”, y a pesar de larga controversia que
existe sobre el tema marcial hoy día en la práctica, observo que hay personas,
lo digo desde mi experiencia como profesora, que se acercan al Tai Chi Chuan en
busca de un ejercicio terapéutico o energético o bien buscando salud,
serenidad, calma, relajación, lo cual está muy bien, pero también hemos de
tener en cuenta que constituye un complejo arte de defensa e incluso veo
practicantes que suelen omitir su aspecto marcial, quizás se deba a que sus
movimientos suaves y relajados lo han infravalorado o simplemente porque se
desconoce su efectividad, pero es precisamente a través de esa suavidad y
relajación cuando el practicante logra liberar la potencia interna de un modo
preciso y contundente como técnica marcial, donde la ejecución de movimiento se
realiza desde la unidad; lenta pero fuerte, energía en armonía pero explosiva,
coexistiendo ambas fuerzas en ataque, centrífugas y centrípetas, desde la
naturaleza del ying y el yang. Un estilo de combate interno de gran eficacia.
Con mi práctica, aprendí que el Tai Chi Chuan se cultiva a
través de la toma de conciencia y se ejecuta a través de la repetición. Y es a
través de ella como sentimos que nuestro cuerpo va despertando, y alcanzamos un
estado de concentración y armonía que aumenta la percepción y el conocimiento
de las distintas partes del mismo.
Se realiza a través del movimiento lento, sutil, interno,
unificado para percibir los cambios Ying-Yang en todo el cuerpo, manteniendo el
mismo ritmo. Ese movimiento se realiza con la propia intención de la mente,
teniendo como objetivos la interacción cuerpo-mente y la conexión con la Unidad
interna. Como dicen los Taoístas, “la mente dirige y el Chi sigue a la mente;
el Chi dirige y el cuerpo sigue al Chi”. Pero como siempre recuerdo a mis
alumn@s, “para llegar a percibir la energía que circula por el cuerpo, primero
es necesario escuchar y sentir el cuerpo mismo”.
A nivel terapéutico, sus beneficios están documentados por
la ciencia y son múltiples. Por citar algunos: mantiene la salud lubricando las
articulaciones, fortaleciendo los huesos, lo cual impide el desarrollo de la
osteoporosis, tonifica y reanima la musculatura y tendones, mejora notablemente
el equilibrio, la agilidad, la fuerza, la flexibilidad, la resistencia, la
coordinación…
A nivel mental, es meditación en movimiento, con lo que
aporta mejoras en el estado de ánimo en general. Durante nuestra práctica la
mente está en calma, solo así emerge el verdadero propósito del movimiento.
Este propósito o intención nos posibilitará sentir la energía y la guiará hacia
nuestros objetivos, bien marcial (golpeo en un determinado punto de nuestro
adversario) o bien terapéutico. Cuando el practicante controla su cuerpo y su
respiración, el sosiego mental llega rápidamente, contrarrestando los efectos
del estrés o la ansiedad diarios y disminuyendo las tensiones y restaurando así
la paz interior y el equilibrio. Salud, eficacia marcial, interacción
cuerpo-mente… en definitiva, una mirada interior, un trabajo que se realiza (yo
por lo menos lo siento así) de dentro hacia fuera. Equilibrio externo, armonía
interna.
FUENTE: https://karateyalgomas.com/2017/02/25/revista-espiritu-guerrero-3/
FUENTE: https://karateyalgomas.com/2017/02/25/revista-espiritu-guerrero-3/
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